Dándome cuenta.

No olvido esa noche. Esa madrugada. Hemos tenido más noches y madrugadas compartidas, pero no como esa. Quizás en mi cabeza queda palpitante la última vez que me tocaste, quizás sea por ello y no por esas razones físicas, mentales, carnales, humanas que no me gusta aceptar que tengo y que despiertas en mi.

Hoy me quiero desdoblar por aquello que nunca digo, por el rubor en mis mejillas y el cosquilleo electrizante recorriendo mis terminales nerviosas, que mientras más escondidas están parece que tú las conquistas mejor. Sabes donde y donde no, sabes como y como no, sabes cuando y cuando no, me conoces y me reconoces.

Y cada vez que hacemos el amor es igual y diferente. Algún día te haré una lista de cada detalle que posees y me provoca. No sé si te encante provocarme o te salga natural. Creo que conmigo todo te sabe habitual y a mi también. No hay cuidados ni descuidos. Hay una complicidad en cada movimiento y un entendimiento en cada respirar.

Todo es perfecto cuando estoy junto a ti.