Decepción.

Es una sensación que me inunda y me supera. Sobrepasa al miedo, al temor a la ignorancia; a muchas cosas que detesto. Es la decepción. 
Me deja sin aliento, me deja exausta, me llena de tristeza inconmensurable. Me oprime el corazón y lo hace palpitar en un constante altisonante bum-bum arrítmico. La sangre no llega a todos los rincones de mi cuerpo y comienzo a entumirme en las extremidades. El brazo izquierdo es el primero en rendirse ante la lucha interna. El hormigueo comienza a subir y yo me dejo envolver por esa sensación de sudar en frío. 
-¡Sabotaje!- grita mi subconsciente. 
-Decepción- le carraspeo con dolor para que calle.